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Trabajadores sociales del Proyecto de Mejoramiento Integral de la Chacarita Alta, ejecutado por el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH), realizan permanentes visitas de seguimiento a las familias cuyas viviendas están en proceso de refacción y remodelación.
Se trata de viviendas ubicadas sobre los barrancos de los cauces hídricos que atraviesan el territorio de intervención del proyecto, que se extiende a casi 15 hectáreas del barrio. Estas casas sufren deterioros ocasionados por la inestabilidad de los terrenos sobre los cuales están asentadas y se encuentran en situación de riesgo. Algunas de estas familias han tenido que mudarse temporalmente a casas de alquiler o a viviendas ubicadas en un terreno cedido para el efecto por Ferrocarriles del Paraguay S.A. (FEPASA).
Juana Ramírez es una de las cabezas de familia en esta situación. Uno de los baños de la vivienda donde vive, hace poco más de 40 años, sufre desprendimientos de parte de su suelo y pared. El proyecto que lleva adelante el MUVH se encarga de asegurar la estructura de la vivienda y de construir un nuevo sanitario para la familia.
Doña Juana reside en la casa con su hijo, ya casado y con niños pequeños. “Ahora ya no tenemos miedo de que se caiga nuestra casa cada vez que vienen las lluvias torrenciales”, comenta Juana y asegura sentirse contenida por la iniciativa del MUVH, que está generando cambios importantes en la estructura urbanística del barrio y en las viviendas que se encuentran en situación de riesgo.
“No solo me siento más segura por los arreglos que tengo en la casa, sino también por la contención que están haciendo en los arroyos, con la colocación de gaviones. Porque esto permite que el torrente de las aguas disminuya y la erosión sea mucho menos severa”, asegura la antigua pobladora.
“Mis parientes de la campaña siempre se preocupan cuando hay lluvias torrenciales, tienen miedo de que se caiga nuestra casa, están en alerta. Ahora ya les tranquilicé y les conté cómo está mejorando el entorno del barrio. Lo que antes era una amenaza, ahora ya no”. La señora Juana permanece en su vivienda mientras transcurren las obras, puesto que es solo una parte de la estructura la que está en remodelación.
Agradece por esta oportunidad y sabe que ya no corre peligro, lo cual le permite trabajar tranquila en costura (que es su habilidad más preciada) y prestar sus servicios a vecinas y vecinos que necesitan nuevas prendas de vestir o arreglar las que están dañadas.
La señora Juana trabaja en su máquina de coser todos los días y genera ingresos que le permiten sustentarse y aportar a la familia conformada por su hijo, su suegra y sus nietos.
